Gelman escribió en un poema unos versos que recuerdo así: "al que extraño es al viejo león del zoo", extrañaba sentarse a tomar un café con él, en algún barcito de París, mientras le contaba cómo devoraba cazadores ingleses allá en Rhodesia.
Nunca vi un león de frente o estuve en París. Tengo mis recuerdos y saudades, pero suelo reservármelas. Aunque hoy voy a confesar una, extraño el amanecer en Buenos Aires, desde alguna avenida que mire al río, caminando despacio y sintiendo cómo el viento fresco alivia la cabeza y borra, de a poco, las algas de la noche. No sé por qué lo de Gelman. O sí, tengo la impresión de que en el Río de la Plata suelen venir a morir esos vientos que soplan en París o en la sabana africana y creo que el poeta sabe de lo que estoy hablando.
viernes, 9 de abril de 2010
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