lunes, 15 de junio de 2009

Ciencia Ficción.

Me gustan algunos libros de ciencia ficción. Tal vez no los que suele recomendar la crítica. Creo que, en esos gustos, se refugia el lector ingenuo que fui y que años de estructuralismos, sociologías y demás ciencias, desterraron. No reniego de mis competencias; pero releyendo esos textos me siento feliz. No son muchos, ni tan profundos y algunos son apenas la transcripción a literatura de los años de guerra fría. Por si le interesa a alguien: El día de los Trifidos, El hombre ilustrado, La máquina del tiempo, El hombre en el castillo, La guerra de los mundos, Crónicas marcianas, Retorno de las estrellas...

jueves, 28 de mayo de 2009

Maestros II

Tarde.
De Pedro Orgambide recuerdo tres libros. Creo que el primero que leí fue Pura Memoria, que forma parte de una trilogía (no de la mía), pero que lejos es el que más me gusta. O no. Buenos Aires, la novela, también me gusta mucho (es otro de los tres que recuerdo). Creo que uno es el germen del otro, o que la trilogía es, también, Buenos Aires, la novela. El tercero (de mi trilogía) es Historias con tangos y corridos, un librito de cuentos tan chico como sublime. Ahí está La murga, civilización y barbarie en clave de carnaval. Y claro, como él, estoy del lado de los bárbaros. Suelo usar el parqué de leña para el asado.
Leí mucho más de Orgambide, pero en mi tumba quiero a ésos; por si me da por levantarme y descubro que estoy muy viejo para andar, de pura envidia, asustando a los vivos.
No es una reseña, ni un ensayo, ni nada; así que no voy a analizarlos o cosa parecida. Pero sí voy a confesar que con ellos me pasa lo que pasa con las buenas historias, suelo enamorarme de algunas personajes y empatizar con otros.